Este proceso brinda el cuidado y la atención oportuna al recién convertido, durante las primeras setenta y dos horas de conversión.
Este diseño se toma del modelo natural y cuidado que requiere un recién nacido en esas primeras 72 horas de vida. Así como la madre provee los nutrientes y factores determinantes para la vida del bebé, Operación setenta y dos, provee ese factor espiritual que el recién convertido necesita para afirmarse y establecer su vida en Cristo.